Ir al contenido principal

Entradas

Entrenando mi Corazón

  Semanas atrás, mi entrenador me puso el desafío de salir a trotar 1 hora (algo que ya había hecho anteriormente) sólo que esta vez el desafío era vigilar y controlar el ritmo de mi corazón, no debía pasar las 140 LPM (registro de la frecuencia cardiaca). No parecía tan difícil, pero resultó que ni bien empecé, no había ni arrancado casi y mi LPM estaba ya por encima de 160, era tremendo, no lograba bajarlo.  Me rebelé y me resistí: "no se puede", "es imposible", "yo tan sólo existo por encima delos 140!!!" pero ahí estuvo Pepe manteniendo el foco y el desafío: "si puedes", "camina, no trotes", "sí puedes, no hables..", "sí puedes..." así por media hora continúa hasta que logré comenzar a trotar lentamente manteniendo mi corazón por debajo o máximo en 140LPM. Mi ritmo era más lento que los señores de tercera edad de la casa de la juventud tardía quienes fácilmente me podían pasarme caminando, pero me mantuve, supera
Entradas recientes

Coraje, Compasión y Conexión

Uno de los primeros libros que leí de Brené Brown fue: "Los Dones de la Imperfección" ( https://brenebrown.com/book/the-gifts-of-imperfection/ ) y quedé prendada de esa propuesta osada de abrazar nuestra imperfección desde la belleza de lo que significa poder vivirla eligiendo cada día el Coraje -sobre el confort-, la Compasión -sobre el juicio-. y la conexión -sobre la comparación y la armadura-.  Y estas tres palabras me han acompañado desde el deseo y la inspiración hace ya buen tiempo (incluso las he utilizado para construir propuestas potentes en espacios laborales) pero para este 2024 quise dar un paso más y buscar llevarlas a la práctica en mi día. No sólo mirarlas como un referente (de hecho las tengo pintadas en un pequeño lettering en un cuadro al costado de mi mesa de noche) sino buscar elegirlas, vivirlas, practicarlas.  Y como me encanta además todo lo visual decidí regalarme unas pulseras que fueran a la vez un recordatorio y una declaración. Así desde hace un p

¿Y si nos animamos a decir más veces “Sí”?

  Desde hace algunos años se ha reivindicado (de manera saludable creo yo) el saber decir “no”. Es una forma sana decuidar nuestra salud mental, física y emocional, una forma saludable de establecer límites que nos permitan estar y ser mejor. A la vez encuentro que, a veces, el “no” lo tenemos muy a flor de piel, muy automático, sobre todo cuando se trata de cosas que puedan sacarnos de nuestra zona de confort o que impliquen una cierta cuota de riesgo o exposición emocional.  Y me quedo pensando qué pasa si nos animamos a decir más veces “Sí”… Sí a subirme a una tabla por primera vez a mis 43 abriles recién cumplidos a pesar del respeto (léase entre líneas miedo) que siempre le he tenido al mar.  Decirle que Sí a festejar no sólo un día sino varios por el mero placer de compartir con quienes alegran mi corazón.  Sí a acompañar a tu hija de manera constante e incondicional en un proceso de adaptación duro, viendo sus lágrimas y dándole un beso con dolor pero seguir diciendo sí

Te invito a no tener ninguna resolución ni meta para el 2024

  ¿ Y si para este 2024 abandonamos las  famosas  resoluciones de   nuevo año  y las ansiadas metas para el año que inicia?   ¿ Qué tal si nos atrevemos a cambiar esas grandes  apuestas y buenas intenciones  por compromisos  concretos,  acciones  pequeñas, rutinas sencillas y asequibles  y nos animamos a  ejecutarlas con disciplina y amorosa consistencia?     James Clear, autor de #AtomicHabits es contundente al evidenciar (en base a la investigación y la práctica) que las metas no son las que mueve la aguja de nuestras vidas y de nuestros resultados; sino más bien la consistencia con que ejecutamos aquellas acciones concretas, cotidianas que se insertan y constituyen el ADN de nuestro día a día.    Te invito entonces, y me autoinvito, a practicar una apuesta humilde e inteligente: abandonar las resoluciones y las metas. Y definir una acción pequeña, concreta, que se alinee con algo importante y valioso para uno. Y ser osados en su ejecución consistente.    “Never miss twice” (nunca fa

“Usé todo lo que me diste”

Cuando me presente ante Dios al final de mi vida, espero no tener ya ni un ápice de talento  y poder decir: “Usé todo lo que me diste”.   Esta frase la tengo en un lugar especial de mi oficina, muy cerca de mi escritorio de trabajo. Refleja un pensamiento, una emoción, una convicción que anhelo tener presente en mi día a día…   Hace un par de semanas recibí la noticia de que un tío muy querido finalmente descansaba, ya estaba delicado y habían sido muy duras sus últimas semanas… me dio pena, pero fue una pena calma pues me reconfortaba saberlo en paz, descansando, habiendo partido rodeado del amor y cuidado de su familia… además había tenido la suerte (y decisión) de visitarlo un par de meses atrás y poder pasar una tarde feliz con él, compartiendo, riendo, despidiéndonos aún sin que lo dijéramos…    Además, al pensar en su vida pensaba en una vida plena, vivida siempre con amor, con generosidad, con la fortuna de envejecer junto a su esposa querida, ver nacer y crecer a sus nietos… ha

¿Verdadero o Falso?

  "KINDNESS IS MY SUPER POWER" (la bondad es mi súper poder) ¿lo es? Cuando compré este polo fue amor a primera vista, me encantó. Sin pensarlo lo tomé y lo compré. Pero la primera vez que me lo puse dudé, lo que afirma y lo que usaría en mi pecho al salir a la calle, es una realidad o tan sólo un deseo, una aspiración. Parecerá tonto pero me costó atreverme a usarlo.  ¿La bondad es mi súper poder? ¿es verdadero? ¿o falso? Luego de darle muchas vueltas (y atreverme a utilizarlo y disfrutarlo) creo que en mí es verdadero y falso a la vez. Así tal cual. Por contradictorio que parezca.  Una de las cosas más bonitas que me ha regalado el pasar de los años y las arrugas en el rostro y las canas en el pelo es ir reconciliándome con las zonas grises, con las sombras en general, del mundo, de los otros y sobre todo de mí.  De chiquilla era muy Robin Hood, solía pensar que el mundo se dividía entre buenos y malos y yo estaba obviamente en el lado de los buenos y quería luchar contra l

Círculos Virtuosos

(Cuando una acción positiva detona una cadena de nuevas acciones positivas)  1. Fácil hace meses tuve la idea de compartir con un líder con quien había trabajado anteriormente, un feedback positivo recurrente que venía escuchando sobre él en diversos espacios. Cómo no me lo suelo cruzar pensé en escribirle un correo pero la idea se quedó en mi cabeza y el tiempo nunca espera. Finalmente este lunes volví a pensar en el tema y a pesar de que tenía varios To Do en mi lista decidí parar y escribir el famoso correo. Así lo hice y lo envié. Me sentí feliz.  2. El martes tuve una llamada perdida de un Coachee con el que estoy trabajando actualmente. Pensé que sería un tema de coordinación de agenda. Para mi sorpresa cuando le devolví la llamada me explicó que había salido de una reunión muy exitosa donde había puesto en práctica algunos temas que venía trabajando en su proceso de Coaching y quería agradecerme porque sentía que le había servido mucho nuestra conversaciones. Me sentí feliz. Le